A la Protesta Pacifica

Hace un tiempo atrás, alrededor de dos meses volví a oír dos dichos; las armas no matan personas, las personas matan personas; el segundo comentario que oí es uno un tanto contradictorio la violencia es producto de la violencia. He venido pensando en dos diferentes cosas, respuestas a dichas máximas Un arma mata a una persona, es un conducto, sea una pistola o una mina, es un conducto dejado por una persona para asesinar por lo tanto las armas matan al igual que la gente y la violencia para mi es solo la ausencia de la armonía producto de la inconformidad de mentes que no vieron otra alternativa más que agredir.

La paz se puede lograr a través de las buenas acciones; no hay necesidad de ser violentos porque realmente no vale la pena ya que con la violencia no se consigue nada. Cuando hay una protesta, el principal problema de la protesta es que carezca de mensaje, el segundo problema y de pronto el más problemático son que algunos de los invitados decidan tomar cartas en su asunto y violentar el mensaje, o solo ir por el simple hecho de ir, haciendo que la protesta pierda su significado y la validez del movimiento. Las protestas no deben ser una moda, una tendencia, deben ser radicales pero sin llegar a la destrucción, la protesta es un elemento creador y de cambio para la población.

Pero al ser un elemento que transgrede el statu-quo de unos cuantos, de los caudillos económicos y políticos, la fuerza pública estará a favor de sus jefes económicos y no sus jefes que son la población; al estar a favor de ellos traicionan todos los ideales de la Democracia y de proteger y servir y ahí viene el momento en que hieren a sus verdaderos jefes, la gente; cuando estos protestan contra un pequeño grupo de hombres y mujeres que tratan de buscar el dominio económico y político del país, y ahí es el momento de violencia que uno como protestante no debe responder porque estaríamos cayendo en el error de los agresores, en ser violentos y eso no es una opción cuando se protesta.