Son casi once años los
que tengo viviendo en la Florida, no soy precisamente alguien que se aferre al pasado
ya que casi siempre estoy en el momento y pensando en el futuro, pero hay cosas
y vivencias que me moldearon y que siempre recuerdo y una de esas cosas era la cultura
Cartagenera, no estoy precisamente hablando de un aspecto negativo sino mas
bien de la música, de la cultura que las urbes sociales de estrato cinco y para
arriba odiaban porque a palabras de mi madre era “música de negros” estoy
hablando de la Champeta.
Cartagena es la
historia de dos ciudades, es la mejor manera como la miro, divididas por el Caño
de Bazurto, La Cienega de Tesca, la Bahia de las Animas y décadas de administraciones
locales que han dejado a la ciudad dividida; si uno va en un avión uno puede
ver con detalle las diferencias sociales que pasan por el serro de la Popa y
van de la Zona Norte hasta Castillogrande y el resto de la ciudad la verdadera
Cartagena.
La zona comercial y turística
es la que siempre se vende, fue mi prisión por mucho tiempo pero cuando podía escapar
siempre me ponía a oír la música en los pick up por Zaragocilla, 13 de Junio,
Pozon, Olaya, por detrás del Centro Comercial los Ejecutivos y por la
Castellana.
En la casa estaba
prohibida y en esos tiempos Youtube ni existía ya que era por 1997, 1995; el
Internet de por si era una novedad en la ciudad y era cosa de ricos. Años después,
caí en cuenta de la importancia de la red mundial ya que comenzó a permitir el
intercambio cultural como sitios como Myspace y Youtube cuando comenzaba. Los
Torrents eran cosa seria, ya que contenían virus y había que esperar que los
que tenían el material estuvieran conectados.
La primera vez que oí
una champeta fue en el año 95, y fue la del Pato Donald, era casi caricaturesca,
pero me llamo la atención, era la primera vez que podía oir algo como eso y se
me quedo en la cabeza. Los años pasaron y en el colegio fue donde tuve más exposición
a la música ya que los que manejaban la improvisada emisora de radio que sonaba
en los descansos ponían la música, pero cuando me preguntaban que cual artista
me gustaba mas no tenia la misma idea porque realmente no podía llevar
semejante cosa a la casa sin que mis padres me la quitaran.
En general la curiosidad
me termino matando en varias ocasiones y cuando empecé a tener un poco mas de
independencia, que de independencia no era un carajo si no que aprovechaba los
momentos que podía y me desaparecía por las calles del Centro Amurallado por el
sector de la Escuela de Bellas Artes donde en algunos establecimientos ponían las
canciones y podía quedarme oyéndolos, eran por momentos, por ratos tremendamente
cortos pero era de las pocas veces que podía ver la autentica cultura de la
ciudad que no estaba confinada a las playas de Bocagrande y la vida social del
Club Cartagena.
Alredor del 98 fue la
primera vez que me entere quien era El Afinaito, y trate de buscarlo en línea pero
fue imposible ya que en ese entonces en la ciudad no se consideraba como
herramienta valida el Internet para hacer marketing, pero no fue hasta cuando
entre en la Tadeo Lozano que aprendí a coger las rutas de los buses en la
ciudad y en ese momento aprendí a perderme de manera controlada para buscar la música
que quería oír y la cultura que quería ver.
Mis padres nunca entraron en detalle cómo me aprendí
rutas que en teoría no debía conocer, pero la razón era muy sencilla cada vez
que podía me metía en los barrios donde me metieron la idea en la cabeza que
todos eran enemigos de uno.
La realidad siento que
por rato largo perdí el tiempo que tenia para meterme mas de lleno en la
cultura de la ciudad, la escena musical, lo poco que vi en el poco tiempo que viví
en la ciudad donde naci me hizo pensar que había una realidad mas compleja de
la que siempre vivía. Un aspecto que entendí ahora de viejo es que la música Champeta
en un paralelismo de la herencia Afro-Caribe es también un testamento del desarrollo
tecnológico y la importación de bienes electrónicos en la ciudad, como
procesadores de audio e instrumentos musicales.
Como un buen amigo mío
me dijo en varias ocasiones “la champeta tiene un sonido que parece MIDI” y le
doy la razón ya que hace casi 30 años el sonido electrónico fue lo que empezó a
popularizar la música y hacerla más accesible a las masas; siempre manteniendo
el mensaje que va ligado con las realidades que se viven en los diferentes barrios.
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