Friday, September 21, 2018

Apreciacion cultural de la Champeta


Son casi once años los que tengo viviendo en la Florida, no soy precisamente alguien que se aferre al pasado ya que casi siempre estoy en el momento y pensando en el futuro, pero hay cosas y vivencias que me moldearon y que siempre recuerdo y una de esas cosas era la cultura Cartagenera, no estoy precisamente hablando de un aspecto negativo sino mas bien de la música, de la cultura que las urbes sociales de estrato cinco y para arriba odiaban porque a palabras de mi madre era “música de negros” estoy hablando de la Champeta.

Cartagena es la historia de dos ciudades, es la mejor manera como la miro, divididas por el Caño de Bazurto, La Cienega de Tesca, la Bahia de las Animas y décadas de administraciones locales que han dejado a la ciudad dividida; si uno va en un avión uno puede ver con detalle las diferencias sociales que pasan por el serro de la Popa y van de la Zona Norte hasta Castillogrande y el resto de la ciudad la verdadera Cartagena.

La zona comercial y turística es la que siempre se vende, fue mi prisión por mucho tiempo pero cuando podía escapar siempre me ponía a oír la música en los pick up por Zaragocilla, 13 de Junio, Pozon, Olaya, por detrás del Centro Comercial los Ejecutivos y por la Castellana.

En la casa estaba prohibida y en esos tiempos Youtube ni existía ya que era por 1997, 1995; el Internet de por si era una novedad en la ciudad y era cosa de ricos. Años después, caí en cuenta de la importancia de la red mundial ya que comenzó a permitir el intercambio cultural como sitios como Myspace y Youtube cuando comenzaba. Los Torrents eran cosa seria, ya que contenían virus y había que esperar que los que tenían el material estuvieran conectados.

La primera vez que oí una champeta fue en el año 95, y fue la del Pato Donald, era casi caricaturesca, pero me llamo la atención, era la primera vez que podía oir algo como eso y se me quedo en la cabeza. Los años pasaron y en el colegio fue donde tuve más exposición a la música ya que los que manejaban la improvisada emisora de radio que sonaba en los descansos ponían la música, pero cuando me preguntaban que cual artista me gustaba mas no tenia la misma idea porque realmente no podía llevar semejante cosa a la casa sin que mis padres me la quitaran.

En general la curiosidad me termino matando en varias ocasiones y cuando empecé a tener un poco mas de independencia, que de independencia no era un carajo si no que aprovechaba los momentos que podía y me desaparecía por las calles del Centro Amurallado por el sector de la Escuela de Bellas Artes donde en algunos establecimientos ponían las canciones y podía quedarme oyéndolos, eran por momentos, por ratos tremendamente cortos pero era de las pocas veces que podía ver la autentica cultura de la ciudad que no estaba confinada a las playas de Bocagrande y la vida social del Club Cartagena.

Alredor del 98 fue la primera vez que me entere quien era El Afinaito, y trate de buscarlo en línea pero fue imposible ya que en ese entonces en la ciudad no se consideraba como herramienta valida el Internet para hacer marketing, pero no fue hasta cuando entre en la Tadeo Lozano que aprendí a coger las rutas de los buses en la ciudad y en ese momento aprendí a perderme de manera controlada para buscar la música que quería oír y la cultura que quería ver.

 Mis padres nunca entraron en detalle cómo me aprendí rutas que en teoría no debía conocer, pero la razón era muy sencilla cada vez que podía me metía en los barrios donde me metieron la idea en la cabeza que todos eran enemigos de uno.

La realidad siento que por rato largo perdí el tiempo que tenia para meterme mas de lleno en la cultura de la ciudad, la escena musical, lo poco que vi en el poco tiempo que viví en la ciudad donde naci me hizo pensar que había una realidad mas compleja de la que siempre vivía. Un aspecto que entendí ahora de viejo es que la música Champeta en un paralelismo de la herencia Afro-Caribe es también un testamento del desarrollo tecnológico y la importación de bienes electrónicos en la ciudad, como procesadores de audio e instrumentos musicales.

Como un buen amigo mío me dijo en varias ocasiones “la champeta tiene un sonido que parece MIDI” y le doy la razón ya que hace casi 30 años el sonido electrónico fue lo que empezó a popularizar la música y hacerla más accesible a las masas; siempre manteniendo el mensaje que va ligado con las realidades que se viven en los diferentes barrios.

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